- REVISTA MANTIS
Todo lo que no lloré toda mi vida
Por Lucía Lago -

A veces la piel se me deshace.
Se me evaporan las venas y me chorrean las tripas.
Me arrastro con el esófago colgando
y los riñones en las manos.
Mi estómago se infla y estalla
y quedo desarmada,
como una albóndiga cruda,
en el piso de la cocina.
Siempre espero que venga el cocinero
que con mi carne haga un puchero
que alimente a blancxs y a negrxs,
a condes y plebeyxs,
a escritorxs y carpinterxs.
Siempre lo espero, y nunca viene.
Decepcionada con la inexistencia
del festín de mi gastronomía
de a poco levanto del piso mis achuras,
mi carne picada y los bifes de mis muslos,
y desarmo la carnicería
o la meto en el freezer para otro día
a ver si el reposo congela mis heridas.
Debajo de mi teta hay un escarabajo que patalea todo el día
en mis entrañas se cocinan hormigas rojas,
caminando furiosas por las paredes de mi estómago
de las yemas de los dedos me brotan abejas y murciélagos
y en el piso de tu casa hay dos mariposas
que se frotan las alas hasta que termina la mañana
Quisiera tener más brazos, más piernas, más pechos
más canciones para darte.
Tengo solamente un vientre lleno de hormigas,
el llanto de una niña,
un swing viejo
y el ojo de quien mira
Acabo de comer
pero tengo la panza vacía
me hace ruido y trago saliva
qué difícil va a ser dormir esta noche.
Se me sale el corazón por la boca
Quiero llorarme todo lo que no lloré la semana pasada
Todo lo que no lloré toda mi vida
Llorarme todo el río de la plata
Llorarme todo el amor y el desamor y los abrazos y los besos
Llorar a lágrima viva como decía oliverio
Hasta que la angustia se desmaye y los globos se pinchen y explote todo mi cuerpo por todos lados
Llenando todo de sangre y de llanto y de huesos quebrados
Llorar hasta que se me sequen las tripas
Y me queden convertidas en flores
Tanto amor por la vida me desborda.